lunes, 23 de noviembre de 2009

DILEMA

DILEMA

Nuestro pequeño Saltacharcos recordó las sabias palabras que su maestro solia decirle ante situaciones parecidas: "recuerda siempre que decir no puedo a tiempo te ahorrará muchos esfuerzos.Pero decir no puedo a destiempo, muchas satisfacciones."
-¡Qué chorrada! O sea,que me quedo como estaba, sin tener ni puta idea de qué hacer.- se dijo a sí mismo.
Nuestro pequeño Saltacharcos tenia la costumbre de hablar en voz alta, soñar en voz alta,y hasta pensar en voz alta. Costumbre que posiblemente fuera la causa de que en su barrio, en lugar de Saltacharcos le llamaran el Zumbao.
Fué la vecina la que le sacó de su dilema. Y menos mal, pensó a la vez que dijo Saltacharcos, porque, ante la evidente inutilidad de los sabios consejos y proverbios de su maestro, estaba empezando a desesperar. Y cuando se desesperaba, se ponia muy nervioso. Tanto que temblaba.Y por eso se le calló de la mano izquierda la rodaja de salmón abandejada y envuelta en plástico que sujetaba. La otra bandeja, que contenia una sepia limpia, todavia permanecia aferrada por su mano derecha, que debia ser algo menos torpe que la izquierda.
-Vecino, ¿te pasa algo?
-Ummmm, no,......., ¡sí! Estoy indeciso. No sé si comer salmón, o sepia. De lo único que estoy seguro es de que lo haré a la plancha. Bueno, a la sartén, porque yo plancha no tengo. Nunca uso camisas, así que no me hace falta.
-¡Uhhhhhh!, pues mira, - dijo la vecina señalando con el dedo. - mejor llévate la sepia, porque al salmón te lo acaba de pisotear esa señora con el carro.
-Su sabiduria me abruma, vecina. - Saltacharcos hizo una grotesca reverencia, echó la sepia a la cesta, y sin preocuparse de la pobre rodaja de salmón atropellado que yacia en el suelo del pasillo, se dirigió a la caja, relamiéndose por dentro de imaginar la sepia con un poquito de alioli y ensalada.

¿HAY O NO HAY?

¿HAY O NO HAY?

Alumbra el sol y faltan nubes,

¿qué coño de otoño es este?

No sé si es bilis eso que sube,

pero me rumio salvaje y agreste.

Si aprieto algo más los dientes,

el machete me los mella.

No tengo cuenta corriente,

se arrastra y no deja huella.

Me cago en todos los bancos,

en los sillones del parlamento,

¡ladrones,si fueran mancos,

nos robarian algo más lento!

Económicamente crítica,

la situación está espesa.

Urge una remontada mítica,

con los cojones sobre la mesa.