domingo, 31 de enero de 2010

MALDITO JIMMY

MALDITO JIMMY



Quiero escribir un cuento,de modo que en lo primero que pienso es en un personaje protagonista.Entonces se me ocurre que puedo ser yo mismo.Bien,la historia empieza bien,si el protagonista soy yo,seguro que me parece interesante.A no ser que hable de mi vida real,que es bastante monótona.Y yo no quiero que me quede un cuento que sea un coñazo.Así que mejor me cambio la profesión.En lugar de taxista,seré traficante de cocaina.Esa sí que es una vida llena de emociones.Dinero a raudales,coches caros,mansiones con piscina,tias en pelotas bañándose en ella,y orgias nocturnas.

Así que empiezo a contar mi historia.Soy un tipo peligroso,y he matado a mucha gente ya,a algunos con mis propias manos.Doy tanto miedo que hasta yo mismo me asusto a veces mientras me afeito,viendo mi reflejo.Luego me doy cuenta de que soy yo mismo,y me sonrio.Soy un tipo muy peligroso,y es mejor llevarse bien conmigo.Mi nombre es Léctor,Hanníbal Léctor.

Me va bastante bien en mi cuento,oye.No me limpio el culo con billetes de cincuenta porque rascan mucho,pero de vez en cuando quemo alguno,en la disco a la que acudo con mis secuaces.Eso farda mucho,y atrae a todas las titis del local.Pero esta noche ha venido Jimmy,el soplón.Venia muy alterado,haciendo grandes aspavientos,sin que nadie pudiera entenderle nada.Claro que eso es muy habitual,ya que Jimmy es sordomudo.Más de una vez se lo he dicho,gracias a la camarera boliviana,que sabe hablar el lenguaje de signos,y nos hace de traductora:"Jimmy,para mí que has elegido mal tu trabajo".

Así que estuvimos esperando a la camarera boliviana para que nos tradujera lo que con gran esfuerzo trataba de decirnos Jimmy el soplón,que parecia estar jugando a las películas.Lo que me escamaba es que no dejaba de señalarme a mí,y después se pasaba el dedo índice por el cuello,en un gesto que parecia querer decir que me lo iba a cortar.No aguanté más,y le pegué un puñetazo.Pero él desde el suelo,insistió en sus gestos.Iba a pegarle una patada en los riñones cuando llegó al fín la camarera boliviana,que habia estado chupándosela en el baño a un cliente,como sobresueldo.Una gota de semen le resbalaba por el cuello,sin que ella pareciera darse cuenta.

Jimmy el soplón se levantó,y empezó a hacerle unos gestos a la camarera,que en seguida se dió la vuelta,muy alarmada,me señaló y me dijo:

-Ay ay ay,pobrecito Hanníbal,que dice Jimmy que el señor Pito Toblerone ha mandado a tres secuaces para matarte.¡Corre,vete de la ciudad y escóndete!

Yo me quedé mirando a la camarera,luego a Jimmy,con la boca abierta y bastante incrédulo.De pronto,todo se apagó,y no sé qué más pasó,pero yo creo que me habia muerto.



El inspector metió el papel en una bolsa y se la pasó a su ayudante,para que la etiquetara y archivara.Cuando llegaron,respondiendo al aviso de un vecino que habia oido un disparo,se encontraron al hombre de mediana edad,cuya profesión,por lo que habia dicho el vecino,era taxista,tumbado en el suelo,con la cabeza reventada como si fuera una sandia,junto a un escritorio,donde habia un cuaderno,en el que el inspector habia leido esa historia del traficante de cocaina.Era evidente que le habian pegado un tiro en la cabeza desde muy cerca,a bocajarro.Habia restos de sesos pegados en la pared,en el techo,y casi por todos sitios.Lo más extraño es que no habia ninguna otra muestra de violencia,ni ninguna otra huella que no fuera la de la víctima,que era separada y vivia sóla.Tampoco se encontró el arma del crímen,y este punto fué lo que hizo que se descartara el suicidio.Ningún vecino se explicaba los hechos,y todos dijeron que Aníbal,el taxista,era un tipo muy tranquilo que no se metia con nadie,y no tenia enemigos.

El caso nunca se resolvió,y pronto fué archivado y sepultado bajo cientos de casos más.Que esto es una historia de ficción,pero no nos engañemos,la inteligencia policial no da para más.

¿Le pongo fín?Venga,va,le pongo fín.



FIN